sábado, 17 de diciembre de 2016

Cáncer de ovario.

Buenos días, hoy os vamos a hablar del cáncer de ovario, uno de los grandes desconocidos.
Aunque no es tan común como otros cánceres como el de mama, es muy importante que sepamos en que consiste y cuales son sus síntomas.

El cáncer de ovario es la primera causa de muerte por cáncer en el aparato reproductor femenino y la sexta causa de muerte por cáncer en mujeres.

El cáncer de ovario es una enfermedad en la cual las células epiteliales que recubren los ovarios se vuelven malignas, provocando un tumor.
Los ovarios tienen más o menos el tamaño y forma de una almendra, y son los encargados de secretar los óvulos y las hormonas sexuales femeninas.

Generalmente lo padecen una de cada cada 70 mujeres, presentándose con mayor frecuencia entre los 55 y los 75 años.
El pronóstico es peor cuanto mayor es el estadío de la enfermedad, sin embargo, este tumor suele detectarse  cuando el estadío es ya avanzado, de ahí que tenga tanta mortalidad, por eso es tan importante el diagnóstico precoz de este tumor.

La causa de como y por qué se produce el cáncer ovárico se desconoce. Sin embargo existen una serie de factores que pueden favorecer su aparición tales como: la infertilidad o un número pequeño de embarazos, antecedentes personales o familiares de cáncer de mama u ovario, edad elevada y tabaquismo. Sin embargo, parece ser que las pastillas anticonceptivas disminuyen el riesgo de este cáncer.

Es una enfermedad que suele producir pocos síntomas, pudiendo alcanzar una fase avanzada antes de causarlos. Además, sus pocos síntomas suelen ser comunes a otras patologías como por ejemplo del aparato digestivo.

Sin embargo, hay una serie de señales  que nos permiten una detección más precoz como:

  • Ligero malestar en la parte inferior del abdomen similar a una indigestión
  • Crecimiento de los ovarios en mujeres postmenopáusicas
  • Líquido en el abdomen 
  • Aumento del tamaño de las mamas o aumento de vello oscuro y áspero.

Otros síntomas más generales pueden ser:

  • Estreñimiento o ganas continuas de miccionar.
  • Náuseas y vómitos.
  • Pérdida de apetito.
  • Disminución o aumento de peso.
  • Dolor de espalda.
  • Cansancio y pesadez.
  • Sangrado vaginal que ocurre entre periodos.

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