La varicela es una enfermedad ocasionada por un virus llamado varicela-zóster, muy frecuente en la infancia, muy conocida por ser la causante de plagar la piel de los niños de lesiones en forma de pequeñas ampollas o vesículas. La frecuencia de las complicaciones no es elevada, pero tampoco se puede decir que sea mínima, pues pueden aparecer hasta en un 15% de los casos. Como muchos ya sabréis, la mayor parte de personas afectadas son los niños. De hecho, cerca del 87% de las infecciones se dan en niños menores de 15 años, que ya es, dentro de lo malo, lo deseable, porque cuanto mayor es una persona mayores son las complicaciones que pueden derivarse de la enfermedad. Para evitar esto, de hecho, la mayoría de países han incluido la vacuna en el calendario vacunal a los 12 años. Si para ese momento un niño no ha pasado la varicela, se le vacuna para evitar que la pase siendo adulto.
La enfermedad empieza con un periodo de incubación que va desde los 10 a los 21 días, siendo la media de 14 días. Durante estos días el niño puede mostrar malestar y un poco de fiebre. Pasada la etapa de incubación aparece la erupción, con numerosas lesiones de pequeño tamaño. Las lesiones aparecen en la cara y el tronco, siendo planas de inicio. Luego aparecen en más zonas del cuerpo como la mucosa oral y genital, y dejan de ser planas para convertirse en las mencionadas vesículas o ampollas. Estas ampollas se secan pasados unos días, dejando una costra. La erupción pica mucho y normalmente hay que tratar de aliviar el picor tanto por confort como por evitar posibles infecciones en la piel. Una vez ya aparece la erupción puede darse fiebre, malestar, dolor de cabeza y pérdida del apetito.
Es muy contagiosa, hay padres que a veces no pueden explicar ni cómo se ha contagiado su hijo, por no recordar ningún contacto con niños o adultos con varicela, por ejemplo. Se transmite por el aire gracias a las microgotas respiratorias que expulsamos al hablar, toser o estornudar. Además, se contagia por el contacto con las lesiones de la piel. Un niño empieza a ser potencial "contagiador" de varicela cuando faltan uno o dos días para que aparezcan las lesiones cutáneas, es difícil saberlo con claridad y deja de contagiar cuando todas las lesiones están en forma de costra, es decir, cuando no queda ninguna en forma de ampolla con líquido. Las complicaciones más frecuentes son las sobreinfecciones bacterianas de las lesiones, que pueden afectar tanto de manera externa como de manera interna, a músculos y a pulmones. En edad mas avanzada, suele darse la reactivación del virus que puede ocasionar un herpes zóster. Es más frecuente en adultos, pero también puede sucederle a niños y adultos.
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